IGLESIA DEL MONASTERIO DE SANTA MARÍA. FERREIRA DE PANTÓN (LUGO)

Iglesia del monasterio de Santa María (San Salvador) de Ferreira de Pantón

El recinto del monasterio esta amurallado y se accede a él por una puerta sobre la cual luce el escudo del Císter.

Es conocido también como monasterio de las Madres Bernardas, siendo el único monasterio cisterciense femenino que mantiene su actividad en toda Galicia. Existía ya en el siglo X como monasterio benedictino, siendo en 1175 cuando las monjas adoptaron la regla del Císter.

La iglesia del monasterio se sitúa verticalmente respecto a las dependencias del cenobio, al sur de este.

El ábside es la zona más vistosa desde el exterior, pues parte de los muros laterales, sobre todo del sur donde posiblemente estuvo la portada, y todo el occidental quedan ocultos por las instalaciones del monasterio. Se alza sobre un doble podio, muy sencillo el de la base y triplemente escalonado el superior.

Cuatro columnas adosadas finalizadas bajo el alero con capiteles con decoración vegetal y zoomórfica (con alguna figura humana) dividen el ábside en tres tramos.

En cada tramo se abre una ventana con el vano aspillerado. Están decoradas con columnas, cuyos capiteles son cinco zoomórficos y uno vegetal (el situado más al norte), que, sobre una base biselada, sostienen una doble arcuación de medio punto. Curiosamente la aspillera cierra en medio punto por arriba y por abajo.

Ventana central del ábside
Capitel vegetal

Bajo el alero se sucede toda una serie de canecillos de diversas formas.

Canecillos similares decoran el alero del muro lateral sur.

Se accede al interior por una puerta (no original) situada en el muro sur, junto a las dependencias monacales. La nave está cubierta por una estructura de madera y se abre al ábside mediante un arco triunfal de cutro arquivoltas, sostenidas por una alternancia de pilastras y columnas.

Las columnas finalizan en capiteles con decoración básicamente animalística, con predominio de leones, y alguna figura humana.

Las ventanas del ábside, por el interior, muestran decoraciones muy parecidas a su aspecto exterior con doble arcuación sostenida por columnas con capiteles con decoración vegetal. Las columnas y capiteles en que se apoyan los nervios de la bóveda son del mismo estilo.


A ambos lados del presbiterio están los sepulcros góticos de don Diego de Lemos, según algunos, líder destacado de las revueltas irmandiñas, y de su hijo; aunque a mí las fechas no me cuadran demasiado.

En una vitrina blindada se muestra una bonita talla románica de la Virgen, que se halló emparedada en 1975.

Al claustro renacentista actualmente no se puede acceder, pero es visible tras la cristalera que lo cierra.

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